Acerca de mí

No sabría precisar por qué empecé a escribir, pero sí cuándo y por qué empecé a leer. 

Fue un descubrimiento por la naturaleza de los libros que comencé a leer en mi infancia: Emilio Salgari, Edgar Allan Poe, Melville, Quiroga. Después sentí la influencia del boom latinoamericano de escritores que escribían en la lengua de Cervantes, de una forma que no entorpecía la lectura, sino, al contrario, ensanchaban el área temática a toda Iberoamérica. También influyó el azar al vincularme con un grupo de entusiastas poetas que vendían libros en el Rastro de Madrid. Había escrito algunos relatos breves, como forma de probar si era capaz de redactar algo más extenso que una  carta, y en ese ambiente efervescente de fines de los setenta, reuní varios cuentos y los publiqué con el estimulo de ese grupo de buenos poetas. Al poco tiempo publiqué la primera novela y hasta el día de hoy es algo que me apasiona, supongo que a los viejos exploradores les sucedería lo mismo.